Para comprender un poco más sobre el enfoque de un tratamiento es importante también saber:
Equilibrio Muscular Funcional: el equilibrio muscular fisiológico es uno de los aspectos decisivos del entrenamiento. Muchas veces, durante la rehabilitación de una lesión se descuida el trabajo del grupo muscular antagonista, al trabajar unilateralmente, generando el peligro de formar desequilibrios musculares, que pueden conducir a una postura incorrecta, a una estabilidad insuficiente y a una coordinación deficiente.
En el deporte, la desigualdad en la relación muscular aumenta el riesgo de lesiones y reduce la posibilidad de alcanzar un rendimiento óptimo.
Un entrenamiento forzado de un determinado grupo de músculos solo tiene sentido, si el desarrollo de sus antagonistas correspondientes se mantiene.
La Fuerza Y La Conducta De Movimiento Reactiva: la calidad de la conducta de movimiento reactiva se mide por la capacidad de desarrollar un golpe de fuerza concéntrico a partir de un movimiento excéntrico en el menor tiempo posible. Este rendimiento de fuerza rápida del ciclo alargamiento-acortamiento prácticamente decide los diversos movimientos en el deporte, especialmente las actividades que requieren de salto o sprint o movimientos reactivos específicos.
La recuperación de una conducta de movimiento reactiva suficiente depende ante todo de lo que le exija el paciente a su cuerpo. En la rehabilitación de un deportista la recuperación de las cualidades de movimiento reactivas tiene mucha más importancia y tiene que ser entrenada junto a otros contenidos y pretensiones del entrenamiento más que una persona no deportista.
Entrenamiento reactivo: desde el punto de vista de la terapia rehabilitadora entendemos el entrenamiento reactivo como la medida que repone o mejora la capacidad de cambiar de un trabajo de freno excéntrico a un trabajo muscular estático lo más rápido posible.
La capacidad de reaccionar lo más rápido posible y sin detener el proceso coordinativo armónico del movimiento, según la situación de forma concéntrica o con una estabilización estática, determina la calidad del movimiento reactivo.
El entrenamiento reactivo juega un papel importante en el tratamiento de lesionados por accidente o en el deporte. Especialmente en la etapa de transición entre la terapia fisioterapéutica rehabilitadora y la iniciación de las actividades deportivas, es necesaria la enseñanza del movimiento reactivo.
Las carencias en el movimiento reactivo tienen consecuencias de importancia en el deporte, pero también en la vida cotidiana.
La condición previa para realizar un entrenamiento reactivo rehabilitador, es que la parte del cuerpo afectada puede resistir el esfuerzo y la carga. Los fundamentos del método entrenamiento, por lo menos en la rehabilitación, son los de la coordinación, es decir, el entrenamiento reactivo debería realizarse si es posible de forma descansada, si se produjera una fatiga en la coordinación o de fuerza deberían realizarse pausas más largas o interrumpir el entrenamiento.
Debemos saber que el tratamiento fisioterapéutico, así como el entrenamiento muscular rehabilitador especial, tienen que orientarse el máximo posible a las realidades de la vida cotidiana del paciente.
Un fundamento de la funcionalidad es la selección de los ejercicios ofrecidos durante el tratamiento o del entrenamiento en sí. Los ejercicios deben, en la medida que sea posible, tener relación directa con la vida cotidiana del paciente.
la eficacia del entrenamiento rehabilitador en el tratamiento de pacientes se logra planeando un tratamiento fisioterapéutico, especialmente en el campo del entrenamiento muscular, de tal manera que en el cuerpo o en la musculatura del paciente aparezcan verdaderos síntomas de adaptación, análogamente a los procesos que son definidos mediante el concepto de entrenamiento.
La exigencia de una selección compleja de ejercicios fisioterapéuticos en el sentido de cadenas musculares fisiológicas ya se introdujo como parte fundamental de la funcionalidad del tratamiento.
Nuestra concepción de la complejidad guarda relación adicionalmente con la compleja unión del desarrollo de todas las capacidades básicas motoras o de condición física. La complejidad del tratamiento fisioterapéuticos y del entrenamiento de rehabilitación está garantizada mediante la síntesis de los contenidos del tratamiento, que mejoran la coordinación, la fuerza, la movilidad y la resistencia.
El entrenamiento rehabilitador no se deja desligar del desarrollo, especialmente de las capacidades de coordinación y de movilidad. La mejora de las cualidades de fuerza estáticas y dinámicas se consigue en gran parte mediante la mejora de la coordinación. Un entrenamiento de la coordinación correcto unido a la enseñanza de la flexibilidad es un pilar importante del entrenamiento rehabilitador.
Uno de los aspectos fundamentales del entrenamiento de rehabilitación es la mejora de la capacidad de rendimiento coordinativa. Si el entrenamiento de la coordinación es ejecutado correctamente por el paciente, después de poco tiempo llega mediante el efecto del aprendizaje coordinativo a transformaciones mensurables de las cualidades de fuerza máxima y de fuerza-resistencia. También, en el campo de la fuerza en la velocidad, el control coordinativo del movimiento realizado es básico.
Ya se descubrió que la movilidad de la articulación y la flexibilidad de la musculatura son condiciones necesarias para la ejecución del entrenamiento de potencia. Especialmente los ejercicios dinámicos proporcionan determinadas amplitudes de movimiento, con el fin de que se utilicen óptimamente las respectivas unidades funcionales de la cadena muscular y de que su influencia se desarrolle completamente. Cada déficit de flexibilidad limita también el rendimiento de la capacidad básica de condición de la fuerza.
Equilibrio Muscular Funcional: el equilibrio muscular fisiológico es uno de los aspectos decisivos del entrenamiento. Muchas veces, durante la rehabilitación de una lesión se descuida el trabajo del grupo muscular antagonista, al trabajar unilateralmente, generando el peligro de formar desequilibrios musculares, que pueden conducir a una postura incorrecta, a una estabilidad insuficiente y a una coordinación deficiente.
En el deporte, la desigualdad en la relación muscular aumenta el riesgo de lesiones y reduce la posibilidad de alcanzar un rendimiento óptimo.
Un entrenamiento forzado de un determinado grupo de músculos solo tiene sentido, si el desarrollo de sus antagonistas correspondientes se mantiene.
La Fuerza Y La Conducta De Movimiento Reactiva: la calidad de la conducta de movimiento reactiva se mide por la capacidad de desarrollar un golpe de fuerza concéntrico a partir de un movimiento excéntrico en el menor tiempo posible. Este rendimiento de fuerza rápida del ciclo alargamiento-acortamiento prácticamente decide los diversos movimientos en el deporte, especialmente las actividades que requieren de salto o sprint o movimientos reactivos específicos.
La recuperación de una conducta de movimiento reactiva suficiente depende ante todo de lo que le exija el paciente a su cuerpo. En la rehabilitación de un deportista la recuperación de las cualidades de movimiento reactivas tiene mucha más importancia y tiene que ser entrenada junto a otros contenidos y pretensiones del entrenamiento más que una persona no deportista.
Entrenamiento reactivo: desde el punto de vista de la terapia rehabilitadora entendemos el entrenamiento reactivo como la medida que repone o mejora la capacidad de cambiar de un trabajo de freno excéntrico a un trabajo muscular estático lo más rápido posible.
La capacidad de reaccionar lo más rápido posible y sin detener el proceso coordinativo armónico del movimiento, según la situación de forma concéntrica o con una estabilización estática, determina la calidad del movimiento reactivo.
El entrenamiento reactivo juega un papel importante en el tratamiento de lesionados por accidente o en el deporte. Especialmente en la etapa de transición entre la terapia fisioterapéutica rehabilitadora y la iniciación de las actividades deportivas, es necesaria la enseñanza del movimiento reactivo.
Las carencias en el movimiento reactivo tienen consecuencias de importancia en el deporte, pero también en la vida cotidiana.
La condición previa para realizar un entrenamiento reactivo rehabilitador, es que la parte del cuerpo afectada puede resistir el esfuerzo y la carga. Los fundamentos del método entrenamiento, por lo menos en la rehabilitación, son los de la coordinación, es decir, el entrenamiento reactivo debería realizarse si es posible de forma descansada, si se produjera una fatiga en la coordinación o de fuerza deberían realizarse pausas más largas o interrumpir el entrenamiento.
Debemos saber que el tratamiento fisioterapéutico, así como el entrenamiento muscular rehabilitador especial, tienen que orientarse el máximo posible a las realidades de la vida cotidiana del paciente.
Un fundamento de la funcionalidad es la selección de los ejercicios ofrecidos durante el tratamiento o del entrenamiento en sí. Los ejercicios deben, en la medida que sea posible, tener relación directa con la vida cotidiana del paciente.
la eficacia del entrenamiento rehabilitador en el tratamiento de pacientes se logra planeando un tratamiento fisioterapéutico, especialmente en el campo del entrenamiento muscular, de tal manera que en el cuerpo o en la musculatura del paciente aparezcan verdaderos síntomas de adaptación, análogamente a los procesos que son definidos mediante el concepto de entrenamiento.
La exigencia de una selección compleja de ejercicios fisioterapéuticos en el sentido de cadenas musculares fisiológicas ya se introdujo como parte fundamental de la funcionalidad del tratamiento.
Nuestra concepción de la complejidad guarda relación adicionalmente con la compleja unión del desarrollo de todas las capacidades básicas motoras o de condición física. La complejidad del tratamiento fisioterapéuticos y del entrenamiento de rehabilitación está garantizada mediante la síntesis de los contenidos del tratamiento, que mejoran la coordinación, la fuerza, la movilidad y la resistencia.
El entrenamiento rehabilitador no se deja desligar del desarrollo, especialmente de las capacidades de coordinación y de movilidad. La mejora de las cualidades de fuerza estáticas y dinámicas se consigue en gran parte mediante la mejora de la coordinación. Un entrenamiento de la coordinación correcto unido a la enseñanza de la flexibilidad es un pilar importante del entrenamiento rehabilitador.
Uno de los aspectos fundamentales del entrenamiento de rehabilitación es la mejora de la capacidad de rendimiento coordinativa. Si el entrenamiento de la coordinación es ejecutado correctamente por el paciente, después de poco tiempo llega mediante el efecto del aprendizaje coordinativo a transformaciones mensurables de las cualidades de fuerza máxima y de fuerza-resistencia. También, en el campo de la fuerza en la velocidad, el control coordinativo del movimiento realizado es básico.
Ya se descubrió que la movilidad de la articulación y la flexibilidad de la musculatura son condiciones necesarias para la ejecución del entrenamiento de potencia. Especialmente los ejercicios dinámicos proporcionan determinadas amplitudes de movimiento, con el fin de que se utilicen óptimamente las respectivas unidades funcionales de la cadena muscular y de que su influencia se desarrolle completamente. Cada déficit de flexibilidad limita también el rendimiento de la capacidad básica de condición de la fuerza.
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